domingo, enero 15, 2006

COSMOPOLITAS

Buenas tardes caballeros!

Hace tiempo que no escribo, pero, como siempre, el trabajo me absorve totalmente las poquillas neuronas que me quedan, jeje.

Me gustaría plantear una pequeña idea que me corre por la cabeza y que, después de leer a algunos caballeros, resultaría conciliadora si la abrazáramos todos.

Como podéis leer en el título, mi idea ronda por un mundo en el que los paises y las naciones no existieran, en el que uno pudiera sentirse ciudadano del mundo, como los antiguos, en el que no se levantara el odio y la rabia por el simple hecho de vivir al norte, o al centro, o en el sur de una región... Ójala pudieramos vivir sin tener que estar siempre justificándonos de ser catalanes, vascos o vallisoletanos. Y es que el vasco es más listo que el catalán? el griego, por nacer en Grecia, tiene más "caché" que un murciano? Dejémonos de chorradas y tonterías de todos los colores y admitamos que uno no es más listo, más alto o más guapo que otro por haber nacido en una parte del mundo. "La razón sirve para pensar"

Si fuésemos capaces de romper todas estas barreras, quizá todo el odio que se crea gratuitamente desaparecería. Y me podréis decir: "sí, todo esto es muy bonito, pero es lo que hay y a unos nos maltratan, a otros nos tratan despectivamente...y no lo podemos cambiar. Es útopico lo que nos cuentas". Por favor, la utopía se crea en el momento en que el ser humano se pone barreras y se acobarda delante de una situación. El ser humano es el dueño de sus decisiones, seamos dueños de lo que queremos y destrocemos las barreras. La historia es universal y pertenece a todos los seres que habitan este mundo, los avances tecnológicos también y las lenguas sirven para comunicarnos, no para separarnos.

El socialismo nació con una idea, por qué no creemos en nosotros y rompemos esas mentes destructoras que nos quieren separados?

14 Comments:

Blogger N. said...

Caballero sirlaxsion, sabe bien que en esta batalla cuenta con toda mi ayuda y me rindo en vasallaje.
Soy de las que piensan que ante la alineación en la que vivimos, en la que todo es global, alguna respuesta habrá a nuestras inquietudes.
Quieor decir, que qué importa haber nacido en un sitio o sentirse de otro. Lo importante, lo que nos une a cada uno de nosotros entre nosotros es la capacidad de emocionarnos, de sentirnos afectados por una muerte en nuestra calle o por un terremoto en la India, de igual manera. decía el Comandante Guevara en una carta a sus hijos que "cada uno de nosotros, solo, no vale nada.
Sobre todo, sean siempre capaces de sentir en lo más hondo cualquier injusticia cometida contra cualquiera en cualquier parte del mundo.
Es la cualidad más linda de un revolucionario".

No sé si es una cualidad linda o no, creo que, a pesar de hacer casi cuarenta años de cuando fue escrita esa carta, es necesaria y se convierte en una vacuna en un mundo que se empeña, como bien dices, en mantenernos separados, en resaltar las diferencias en vez de todo aquellos que tenemos en común. Quizzá, en el siglo XXi, el odio sea el opio del pueblo.

No sé, caballeros, quizá me he ido del tema, peor yo cada vez me siento más extranjera, he perdido referentes de un lugar, pero los he ganado de otros. No me siento de ningún sitio, pero me siento de todas partes. me duelen las tragedias, sean acá, sea en las antípodas...

No perdamos la capacidad de empatía... ni la de autocrítica.

Espero que estas extraviadas reflexiones sirvan de algo y que vayan en consonancia con lo escrito anteriormente por el caballero siralexsion.

Un beso.

10:31 p. m.  
Blogger N. said...

en el texto anterior, escribí alineación en vez de alienación. aunq ahora q lo pienso, también nos quieres alinear, ponernos en orden... ;)

10:41 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Estoy completamente de acuerdo con usted. Completamente de acuerdo. Creo que en algunas ocasiones usted malinterpreta mis palabras. Creo en el internacionalismo y mi crítica fervorosa y apasionada contra todo nacionalismo coleante nace de su mismo trasfondo, un humanismo, una querencia de igualdad, pero de igualdad en la diferencia. Es decir, igualdad de derechos en la rica mezcolanza cultural. Y cómo no hablar de España cuando hablamos de mezcolanza cultural si es un país mestizo desde la noche de los tiempos. Ahí reside la grandeza de estas tierras, en su urdimbre vieja. Es un placer sentirse animal humano empapándose de todos los colores difuminados de una paleta.
Me tergiversan muchas veces por defender España. Parece que la palabra España queda para los fascistas que hace 70 años decidieron adueñarsela. Pues no, Bendita sea la España de Azañas, Unamunos y Machados, aquella que ha superado los prejuicios, victimismos y odios tercos, sembrados en profundidad y sabe hacer bandera de la mezcolanza. ¿Quién sembró el primer odio? Soy hombre de mundo, esa es mi vocación y en algunos lugares he visto un marcado caracter identitario que roza con lo democrático - y fijenese que decir eso no es decirlo de un todo, sino afrimar que se siente- Por eso, prefiero un castellano que como diría Miguel Delibes se siente vagamente español -veáse que el ejemplo es por proximidad- que cualquier otro individuo asido a una bandera histérica, a una cosa llamada nación. No hablo de todos y cada uno de los nacionalistas. Hablo de ideas y no de hombres. La amistad y el respeto ganado siempre está por encima de todo eso. Borrar los odios programados, la proximidad como sistema perenne de desconocimiento, y la identificacion sistemática del individuo por su lugar de nacimiento es un anhelo que comparto, y mucho con mi amigo Álex.

Un abrazo.

10:51 p. m.  
Blogger N. said...

me uno a sus palabras, caballero pabloj.
Las hago mías ;)

Y cuente conmigo para enarbolar las revoluciones que hagan falta y hacer de nuestro internacionalismo una realidad ;)

10:55 p. m.  
Blogger Harpo said...

Las naciones y los países deben existir por una sencilla razón...

PORQUE SI NO, NO HABRÍA MUNDIALES DE FÚTBOL.

:)

Lo siento, es muy temprano para discutir... :p

6:39 a. m.  
Blogger Serxaina said...

Aunque en estos momentos no tengo la cabeza muy clara, la verdad es que todo el tema de nacionalismos y todo esto me empeiza a cansar un poco, bastante mucho... ¡Cómo si no tuvieramos suficientes problemas ya en nuestras vidas!

4:13 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

A mí sinceramente me parece que el nacionalismo es uno de esos grandes problemas de los últimos tiempos pero ya desde siempre. El nacionalismo es el causante de los odios sembrados más profundamente. Padre de mil guerras, asesinatos y genocidios. A mí me parece un gran problema. A mí también me cansa, pero no el hablar del nacionalismo sino el tener que soportarlo. Eso sí, como diría Alfonso Guerra daría media vida para que los nacionalistas pudieran decir lo que piensan, la otra media la necesito para que no triunfen. Democracia si, pero convicciones también.

5:47 p. m.  
Blogger Harpo said...

Bueno, estoy en desventaja numérica, así que no sean muy duros conmigo ;)

SIRALEXION:

1. Eso me gustaría: que no hubiera odio por el hecho de haber nacido en un lugar o en otro. Por ninguna de las dos partes. No puedo estar más de acuerdo.

2. Está claro que el ser catalán o vasco no te dá más "caché" ni te hace ser más listo que un murciano o un islandés. Al contrario, quien sólo tiene identidad nacional, no tiene nada. Primero están las personas.

3. Sí, me parece utópico el mundo que describes, y sin ánimo de ofender he de decir que me parece una etiqueta bastante cursi la de "ciudadano del mundo". ¿No es un catalán un ciudadano del mundo? ¿No lo es un vasco, un flamenco, un eslovaco, un ruso, un húngaro? Todos somos ciudadanos del mundo, pero cada uno con sus particularidades, sus costumbres, sus lenguas y sus culturas. No creo que haya que ir hacia una homogeneización, sino hacia la convivencia entre todas ellas.

NURIA:

1. Nacer en un sitio o en otro es algo accidental y nunca puede determinar que una persona "sea" de un país o de otro. No he escuchado a nadie (afortunadamente) que discrimine a sus semejantes en Catalunya o Euskadi o España por haber nacido en Calatayud, Zamora, Puig-Reig o Barakaldo. [Este punto variará hacia otros puntos que me imagino aparecerán en el debate, por lo que ya tendré tiempo de ampliarlo, espero].

2. Me sobrecogen las imágenes de los terremotos en Grecia, las inundaciones en la India y los incendios de Portugal. Hoy, sin ir más lejos, me ha dado un vuelco el corazón viendo a esos rusos que han tenido que saltar al vacío porque un incendio devoraba sus casas. Pero, lo siento mucho, me sobrecoge más lo que le pasa a mis vecinos, a mis amigos, a mi familia. Estoy impactado todavía por esas personas que se han quedado sin casa de la noche a la mañana en Santa Coloma, igual que me ocurrió cuando el hundimiento del Carmel. Puede que con los años gane capacidad de atención hacia todo el mundo, pero de momento lo que más me sobrecoge es lo más cercano. Allí donde puedo echar un cable si hace falta.

3. Como he dicho a Siralexsion, las culturas, las lenguas, los pueblos y sí, las naciones, están hechas para convivir pacíficamente, respetando los derechos y libertades de todas ellas. No son un instrumento de separación, aunque desde el poder a veces así se quieran utilizar.

4. Internacionalismo. Miedo me da esa palabra. ¿Qué diferencia hay entre "internacionalismo" y "globalización"? A fin de cuentas, es lo mismo: pensar más allá de las fronteras, sin barreras. Muy bien. Pero eso también comporta homogeneizar culturas, y ahí es donde creo que el concepto falla, porque esa homogeneización es imposible. Siempre habrá unas culturas, unas lenguas, unas naciones, más poderosas que otras. Y serán las que absorberán a las minoritarias. ¿Hay que quedarse de brazos cruzados y aceptar que así se escribe la historia? Sin olvidar que eso afectaría a otros ámbitos, como la economía, el trabajo (así lo estamos viviendo con el proceso de deslocalización...). No sé Nuria, es un concepto que me da un poco de respeto.

En fin, yo también soy algo utópico, ya lo ven. Saluditos ;)

10:31 p. m.  
Blogger N. said...

Internacionalismo no es lo mismo que globalización.
El internacionalismo nace de la solidaridad entre los pueblos, la globalización, de la economía liberal.

9:36 a. m.  
Blogger Harpo said...

En ese caso, solidaridad entre los pueblos, siempre.

10:01 a. m.  
Blogger siralexsion said...

Creo que las costumbres, las lenguas y las culturas de los territorios en los que las personas viven son puramente accidentales y que un vasco podría haber nacido en Jaén y no sentir lo que ahora siente. Todo lo que es una cultura para que sirve? Yo no creo que sirva para separarnos: Que diferentes son las sardanas de las muñeiras, de las jotas o de las sevillanas... Las lenguas sirven para comunicarse y "mesa" quiere decir lo mismo en euskera que en latín o catalán o rumano si se permite. Yo no quiero la homogeneización de las culturas, quiero que se respeten todas pero que no se usen como arma arrojadiza y que no se resalte la diferencia porque luego pasa lo de Yugoslavia, o todo el problema de Africa que separaban pueblos a tiralineas y les decían: "vosotros sois más altos y más listos que los del otro lado". Diferenciar lleva consigo la comparación con el otro, y que si los catalanes damos más, que si los vascos tienen el craneo de forma distinta... Venga ya! el siguiente paso es el genocidio como hicieron los nazis (perdón que sea tan brusco pero creo que es el camino al que nos dirigimos) mediante el odio a los otros. Y no es una utopía pq ya ha pasado por ejemplo en la guerra de los balcanes.

11:26 a. m.  
Blogger Harpo said...

SIRALEXSION:

Creo que vuelvo a repetirme: nacer en Bilbao o en Granada es algo totalmente accidental, eso nunca puede determinar ser vasco, ser andaluz o ser español. Ser o sentirse miembro de un pueblo es participar de él, de su sociedad y su cultura, de su día a día. Amándolas y respetando las de sus vecinos.

"Yo no quiero la homogeneización de las culturas, quiero que se respeten todas pero que no se usen como arma arrojadiza." Eso es lo que he querido decir yo.

12:03 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

seguría participando en el debate pero está demasiado turbio, demasiado agrietado. Más bien no hay debate. Sólo una defensa de algo que no se sabe muy bien qué, y creo que tampoco lo sabe el sujeto que defiende algo que no define. Es un ejemplo perfecto de sofista. Charlatanería recurrente, sin trasfondo, con terminología confusa y coja. Y hablando de cursilería respecto a la ciudadanía del mundo. A mí me parece mucho mejor ser cursi que hacer de abogado del nacionalismo, defendiendo de lejos, con precaución, como un portero ciego que recibe balonazos por todas partes. Para hablar, para conversar es necesario, creo, que hay ganas de entendimiento, querer es poder, pero el que no quiere bajarse del burro y se pega el culo al pobre animal no puede hablar sino polemizar, eso que les gusta tanto a los malos periodistas que son el prototipo del sofista, el que como diría Platón -querido Álex- quiere vender apariencia de sabiduria a los jóvenes ignorantes que pasan por la plaza del Mercado. No nos hemos caído del guindo. Todos su balones van fuera. Despeja continuamente a las nubes.

Hablar de ciudadánía mundial o global es hablar de re´volverse del medievo y del estado nación del antiguo régimen a un mundo donde lo individual sea importante y donde no nos dejemos trepanar la mollera por himnos, banderas o simbolismos rancios que sólo son un freno, una rémora para la verdadera libertad. Querer tu tierra no es lo mismo que creer que uno, agarrado a su cultura, es el ombligo del mundo. Hay subyacente en todos sus escritos vistos por mí, y en mi humilde opinión un mesianismo oculto, una especie de desprecio a las comunidades que no derraman un histerismo nacionalista. Esa típica doblez subyace en quienes se aferran a la historia hablando de diferencia cuando quieren decir con la boca pequeña superioridad o antiguedad. La historia no puede ser un cheque en blanco para la desigualdad en derechos.

Se empeña en vernos como homogenizadores. Pero sólo tiene que distinguir igualdad de derechos de igualdad cultural. LA IGUALDAD CULTURAL NOS ESPANTA tanto como al que más. Identificar globalización e internacionalismo es como afirmar iguales un río y la cáscara de una castaña. La propia palabra lo dice inter-nacionalismo. Entre las naciones hay que colar los individuos para disolver la nación y voler a la interculturalidad, la mezcla, la solidaridad internacional. Usted dice sesgadamente solidaridad sí, pero primero mi barrio. En ese caso citando la peli de ARISTARAIN, Martin Hache, la patria son los amigos, la patria en sentido global es un invento que subyuga y desvía las miradas intrépidas. Si su sentimiento es mayor por un hombre leridano de un pueblo en el que jamás estuvo que por un abulense que jamás tampoco vió nunca apaga y vámonos.

La solución es reducir la """""nación""""" a la cultura, una cultura no tiene fronteras, ni banderas, ni colores. Una cultura es una cosmovisión no esencial, sino fruto de diez mil influencias en la que uno se mueve. Reduciendo lo nacional a lo cultural podemos evitar, al menos en una mínima parte esta porquería de odios y rencores. Mi crítica, p, ej al catalanismo o al españolismo, no será una critica a todo el pueblo catalan o español o ni mucho menos a su cultura sino a esa ideología (en el sentido marxiano -falsa conciencia-) que aleja al individuo de la realidad y lo ata al pensar del dominante, véase la burguesía o poder económico que es la que maneja a los "currelas" y sonríe viendoles gritando con sus banderas tras una selección nacional para que no hagan evidente la desigualdad extrema de su propia """"nación""""".

Así nos luce el pelo. Un saludo

2:39 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Es muy interesante ver como Nietzsche a quién de forma torticera se le tacha de pangermanista -de burros anda el mundo lleno- a quien se relacionó con el nazismo - lo que hay que ver- distingue entre 3 tipos de historia, la monumental, la anticuaria y la crítica. La anticuaria es aquella propia del nacionalismo pues enraíza al sujeto a un determinado lugar y lo aleja del presente y del futuro, lo siembra en el odio. Y es que es muy curioso esto de la siembra. Aquellas que se aferran tanto a su tierra son autóctonos, lo que en griego quiere decir " los nacidos de la tierra -de la suya- Y claro quedarse sembrado en la tierra de por vida parece algo más propio de berzas que de hombres, pero bueno habrá que dejar que cada uno se plante donde quiera. Algunos por lo menos nacimos donde nos tocó, no brotamos de la tierra para quedarnos sembrados para siempre. Queremos ser algo más que berzas. Y luego está la historia monumental que nos da alas para saber que nosotros también podemos hacer grandes gestas como los antiguos, pero la fundamental es la crítica, la que desmenuza y deshomogeniza, la que mezcla y mira al presente y al futuro.

Menos berzas y más animales fantásticos

2:19 p. m.  

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